Cinco lecciones de Mafalda (has leído bien) para tu negocio

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Historietas y personajes abundan, pero pocos han logrado colarse en la memoria colectiva como lo ha hecho Mafalda. Y es que este entrañable personaje, creado hace 51 años por el dibujante argentino Quino, tiene mucho que enseñarnos sobre los negocios, las amistades, la familia… y, en general, la vida.

En el aniversario del lanzamiento de esta tira cómica recopilamos algunas de las lecciones más valiosas que nos han dejado Mafalda y sus amigos.

“Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno”

Ir contra la corriente o dejarnos llevar por ella: en esta disyuntiva pueden resumirse las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. El emprendimiento, por supuesto, no es una excepción: iniciar un negocio implica dejar atrás la comodidad de un trabajo fijo y aventurarnos a no cumplir más que nuestras propias expectativas.  Y sí, en el fondo, todo emprendimiento parte de una inconformidad con lo establecido y de un deseo profundo por cambiar el mundo.

“¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos nadie sería nada?”

Una y otra vez, Mafalda nos enseña el valor del trabajo en equipo. Y no sólo se refiere a nuestros socios, compañeros, clientes, empleados o proveedores, sino también a todas aquellas personas que estuvieron antes que nosotros, que innovaron en nuestro campo y sentaron las bases de nuestro negocio. Un proyecto exitoso nunca es resultado de las acciones de una sola persona; es resultado del buen trabajo en equipo. La sabiduría implica en reconocerlo.

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“Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante”

Como emprendedores, personas eternamente ocupadas por definición, es fácil perdernos en las tareas del día a día y posponer las acciones verdaderamente relevantes. Es fundamental que aprendas a priorizar para que tus proyectos no se vean desplazados por pendientes más pequeños y “urgentes”. Si quieres encontrar un método práctico y bastante útil, te sugerimos que leas el libro esencialismo, de Greg McKeown, editado por Aguilar.

“Apenas uno pone los pies en la tierra, se acaba la diversión”

Es cierto, los negocios se sostienen en última instancia por el dinero. Pero, ¿qué permite que prosperen y se mantengan a flote con el paso de los años? La pasión que sus líderes y trabajadores inyecten al trabajo, y que al final del día, hará la diferencia. Antes de pensar en números y ganancias, piensa en dedicarte a algo que te inspire y te divierta. Despegar los pies un poquito de la tierra no te hará nada mal; de hecho podría ayudarte a echar a andar tu imaginación y encontrar nuevas formas de emprender.

“¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?”

¿Te has preguntado qué pasaría si no nos dejáramos dominar por nuestros miedos y nos aventuráramos a hacer realidad nuestras ideas? Quizá fracasaríamos una, dos o tres veces (o quizá más), pero aprenderíamos lecciones valiosas para perfeccionar nuestras ideas y tarde o temprano alcanzaríamos la cima. Ir “a la segura” puede resultar cómodo y traernos algunos beneficios, pero no nos permitirá llegar tan alto como hemos imaginado.

“Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo”

Quizá pienses que eso de que “la actitud lo cambia todo” es un concepto new age que en nada ayudará a tu negocio. De ser así, estás muy equivocado: en un negocio todo se basa en las relaciones personales, y si no aprendes a ser amable, cordial y generoso con los demás, lo más probable es que alejes a todo el mundo… incluyendo a aquellas personas que podrían resultar beneficiosas para tu empresa.

“¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”

¿Tu vida es tu trabajo? ¿Dedicas las 24 horas del día a tu negocio y crees que tu vida personal debe estar en segundo plano? Quizá sea momento de cambiar de paradigma. Es admirable que disfrutes tanto tu empleo que lo consideres parte de tu vida, pero no confundas eso con destinar tiempo para estar contigo mismo, practicar ejercicio y hobbies, salir con amigos, alimentar una relación de pareja… Olvídate del estigma del “emprendedor exitoso” que no hace más que trabajar y aprende a valorar otros aspectos de tu vida.

Mafalda sí que sabe de la vida.

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